La cabellera era considerada un elemento erótico y considerada un fetiche, es decir, algo que llevaba al ser humano a desear algo. Se relacionaba con el oro y era un icono que representaba una mujer luchadora. Llevaba la cabellera suelta como símbolo de enfrentamiento a la sociedad. Si lo llevaba recogido, significaba que estaba casada. En los cuadros, las mujeres de los burgueses no podían aparecer desnudas, debían ser representadas leyendo, cosiendo o enseñando a los niños, todas estas eran actividades relacionadas con el mundo de la mujer y no podían aparecer de otra manera. Hay varios tipos; por un lado está la cabellera mítica y la podemos relacionar con el mito de Medusa, una bella mujer que hasta los dioses la envidiaban por su cabellera; también está la historia de Lady Godiva, cuya cabellera la protege del chantaje de su marido; por último, la cabellera católica, se relaciona con María Magdalena, pecadora y discípula de Jesús. Jesús, le redime los pecados y la purifica, y ella le limpia los pies con su larga cabellera para que ya no sea consideraba lo que era antes.
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