El Lazarillo de Tormes es la
primera novela picaresca de la literatura española. Publicada en 1554, en pleno
apogeo de la literatura de caballerías y romances, cuenta, en primera persona,
las aventuras y desventuras de Lázaro,
o Lazarillo de Tormes, desde su
nacimiento y paso por diferentes amos, hasta su llegada a pregonero de la
ciudad de Toledo.
Su autor es anónimo, posiblemente porque la obra supone una
feroz crítica al clero y a la sociedad de la época.
La
novela se sitúa en la España de del siglo XVI, bajo el reinado de Carlos I de España y V de Alemania,
durante el apogeo del imperialismo español, iniciado por los Reyes Católicos con la conquista de
América. Socialmente, España está en crisis económica por el gasto de la
política imperialista y las continuas guerras. Abunda la pobreza y la miseria
en las calles, apareciendo la llamada "picaresca" el modo de vida
basado en la supervivencia y la lucha contra el hambre a través del ingenio y
el engaño. Había numerosos vagabundos y mendigos en las calles. Hombres de
todas las clases añadían títulos a sus nombres y se negaban a realizar
cualquier tipo de labor manual que no consideraban a su altura. El clero estaba
en una clara necesidad de reforma, y el fenómeno de los bulderos vendiendo
indulgencias que garantizaban el perdón de Dios a cambio de dinero era muy
frecuente. Pero también España se encontraba en la Edad de Oro de la literatura y de las artes, con el Renacimiento en
pleno auge, como se ve reflejado en el breve periodo que pasa Lázaro con su amo el pintor de
tambores. Todos estos acontecimientos históricos se van a ver reflejados en la
novela.
El
tema principal de Lazarillo de Tormes
es moral, y supone una crítica feroz al falso sentido del honor y a la
hipocresía, que solo sirve a los poderosos mientras que los pobres
(representados por Lázaro) pasan hambre y miseria. Uno de los mensajes de la
novela es el despertar de Lázaro
a la vida real, donde aprende que para progresar hay que aparentar ser
virtuoso, no serlo. Esta visión desencantada sobre la vida, la sociedad y sobre todo la Iglesia, hizo
pensar a los críticos en una posible autoría del Lazarillo de Tormes de un judío converso al cristianismo. Consecuencia de esta visión, el libro fue incluído en
el índice de libros prohibidos por la Inquisición,
que no permitió su circulación hasta que no fue expurgado de sus párrafos
anticlericales.
Toda
la novela obedece a la idea de cambio, es el camino hacia la estabilidad
económica que Lázaro pretende desde que es un niño. Ya su nombre resulta
profético (Lázaro es en los Evangelios el hombre al que Jesús resucita a los cuatro días de su
muerte), como Lázaro en la novela busca una nueva vida donde ya no pasará
hambre.
La novela cuenta la vida de Lázaro pero utilizando siempre el realismo, acercándose a los temas de la vida cotidiana, y
evitando la idealización de situaciones. En ocasiones roza incluso 'el
naturalismo’, describiendo la realidad con sus elementos más desagradables,
como en el caso del episodio de la longaniza, o las descripciones de los
maltratos a Lázaro.
El
Lazarillo de Tormes se escribió entre narraciones caballerescas idealizantes y
epopeyas pastoriles propias del Renacimiento, y supuso una auténtica ruptura
con estos estilos, al contar una epopeya del hambre y la subsistencia
a través del ingenio que le valió por su originalidad crear un nuevo género
literario, la novela picaresca, caracterizada por la narración en primera persona, la
inclusión del realismo, el paso por varios amos y la visión pesimista y
desengañada del mundo, continuando la tradición realista de la literatura
española, revitalizada entonces por La Celestina y sus continuaciones.
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